¿Comer conservas es saludable? y ¿cuáles son las conservas de septiembre?
Con frecuencia en mi consulta me preguntan ¿comer conservas es saludable? A lo que yo respondo: «si son caseras seguramente sí».
Pero antes de nada, ¿qué es una conserva?
Es un proceso de manipulación de un alimento que evita que este se deteriore.
Hay procesos de cocción, maceración, secado, ahumado, salazón, encurtido, etc. las opciones son numerosas, y cualquiera vale si consigue que un alimento no se estropee con el paso del tiempo.
Algunas conservas mantienen o mejoran el sabor y la textura del alimento original como son las conservas en salmuera (sal y agua); otras transforman drásticamente el alimento dando lugar a otro tan delicioso como el original pero con identidad propia, como ejemplo el tomate seco.
Berenjenas de Almagro, Jamón de Jabugo, mermelada de naranjas de Sevilla, pimiento seco molido, tomate seco en aceite de oliva, sardinas en aceite….
Y un largo etc conforma el mundo de las conservas españolas con exportación a prácticamente cualquier parte del planeta.
¿Cuáles son las conservas de septiembre?
El boom de alimentos que tenemos al final del verano: tomates, berenjenas, pimientos, etc. hace que las huertas se desborden y que no sepamos que mas recetas hacer e inventar para aprovechar estos alimentos y lo peor es que sabemos que hasta el año siguiente no volveremos a disfrutar de estas exquisiteces. Así que alguien en algún momento de la historia tuvo la genial idea de procesar estos alimentos y aprovechar este exceso de hortalizas de septiembre para hacer conservas que nos permitían consumir el producto durante el invierno.
Nunca se nos hizo raro ver a nuestras abuelas afanadas en las cocinas en estos meses de otoño cociendo tarros de cristal al baño maría, friendo toneladas de tomate con cebolla y removiendo ollas con fruta y azúcar hasta que espesaban. Estas son las conservas de septiembre, olor, calor y sabor que perdurará todo un año o más.
